martes, 23 de abril de 2019

Nueva política para el gasto en publicidad oficial

Marcos Méndez Lara
El Sur, periódico de Guerrero
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la aplicación de nuevos lineamientos en materia de comunicación social. Según el Ejecutivo federal, con esta nueva política se busca evitar los premios o castigos a periodistas y medios de comunicación por medio de la publicidad gubernamental, y de acuerdo con su dicho, el presupuesto ya no será un mecanismo de coerción o castigo. Estos lineamientos buscan establecer los criterios que deberán seguir las dependencias y entidades federales para el uso de los recursos asignados a publicidad oficial.
Sin embargo, organizaciones especializadas en el tema, como Artículo 19 y Fundar, Centro de Análisis e Investigación consideraron la medida como un paso importante pero insuficiente, ya que para promover un cambio real en la relación entre medios y gobierno es necesaria la abrogación de la Ley General de Comunicación Social, la discusión y emisión de una nueva, y un cambio profundo de las prácticas institucionales.
Y aunque las organizaciones reconocen que la nueva política ofrece mayor certeza sobre algunos puntos controversiales como la transparencia del gasto y las ampliaciones presupuestales, los criterios de asignación, la evaluación de las campañas y la prohibición del uso propagandístico de estos recursos o para influir en la línea editorial de los medios de comunicación, opinan que algunas “medidas son insuficientes y perpetúan las malas prácticas, como la discrecionalidad en la asignación presupuestaria y la desigualdad en la repartición”.
Mientras esto sucede en el ámbito federal, en Guerrero ni siquiera existe la intención de establecer reglas claras para el gasto de publicidad oficial. Recientemente los diputados locales de oposición se quejaron de la opacidad de los criterios, los contratos y el monto de los recursos asignados en el Congreso del Estado, pero en el Ejecutivo también prevalece la falta de transparencia, pues en ninguno de sus portales contiene información básica sobre cómo se gasta el rubro de publicidad oficial.
Tampoco la gran mayoría de ayuntamientos guerrerenses tiene a la vista este tipo de información, ni muchos de los organismos autónomos ni el poder Judicial; tampoco partidos políticos ni sindicatos. La opacidad en este rubro es generalizada en Guerrero, no obstante que la ley de transparencia exige que se publique de manera detallada toda la información relativa a los gastos de comunicación social.
La nueva política
El 17 de abril se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo por el que se establece la Política de Comunicación Social del Gobierno Federal, y entre los puntos destacados propone que dicha política debe estar alineada con los tres principios básicos que promueve el actual gobierno: austeridad, honestidad y combate a la corrupción.
Según el documento, el principio de austeridad considera varias acciones como la disminución del gasto en comunicación social, el aprovechamiento del ciento por ciento de los tiempos oficiales y “la optimización de los recursos humanos, materiales y financieros disponibles en cada una de las áreas de comunicación social del Gobierno Federal”. De hecho, el vocero de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, afirmó que en lo que va de 2019 todas las campañas institucionales en radio y televisión se han difundido en los tiempos oficiales, a diferencia de anteriores gobiernos.
También en el renglón de la austeridad, el gobierno de la república procurará que el gasto máximo en publicidad institucional no rebase en ningún ejercicio fiscal el 0.1 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación. Adicionalmente, por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se gestionó la reducción de tarifas con los medios de comunicación de hasta 10 por ciento, en promedio; y además la política de comunicación se apoyará en la infraestructura de los medios públicos con la finalidad de que ya no se contrate a empresas privadas en la elaboración de las campañas publicitarias.
El segundo principio que rige la política de comunicación social del gobierno federal, la honestidad, establece que se erradicará la discrecionalidad en la contratación de medios de comunicación para la aplicación de la estrategia de comunicación social del gobierno federal, por lo que se deberán seleccionar los medios y las vías de comunicación de acuerdo a la normativa aplicable para cumplir con este principio.
Finalmente, el principio de combate a la corrupción se logrará con la transparencia, es decir, a través de informar, por medio de las vías que se estimen pertinentes, sobre el destino de los recursos asignados para la contratación de medios de comunicación.
Durante la presentación de esta política, Ramírez Cuevas informó que se evitará la concentración del presupuesto en pocos medios –como ocurrió con las televisoras en gobiernos pasados–, ya que con los nuevos lineamientos ningún medio de comunicación podrá concentrar un porcentaje mayor al 25 por ciento de la pauta publicitaria.
También confirmó que se mantiene la decisión de recortar al 50 por ciento el gasto para publicidad gubernamental, es decir, si durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, en el ejercicio 2018 se aprobaron 8 mil 988 millones de pesos, el 50 por ciento de esa partida son 4 mil 494 millones de pesos, pero el gasto aprobado por la Cámara de Diputados para el gobierno de López Obrador fue de 4 mil 711 millones de pesos, es decir, 217 millones de pesos más, según expuso el vocero presidencial.
La voz de las organizaciones
La política de comunicación presentada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue comentada por las organizaciones Artículo 19 y Fundar, Centro de Análisis e Investigación, a la cual le reconocieron “algunos avances importantes” pero insuficientes para garantizar un mejor uso del gasto en publicidad oficial. Expresaron, por ejemplo, que es una política que da mayor certeza sobre la transparencia del gasto y de las ampliaciones presupuestales, los criterios de asignación, la evaluación de las campañas y sobre la prohibición del uso propagandístico de estos recursos o como mecanismo para influir en la línea editorial de los medios.
Advirtieron, sin embargo, que algunas medidas son insuficientes y permiten que continúen las malas prácticas, entre ellas, la discrecionalidad en la asignación presupuestaria y la desigualdad en la repartición. Ejemplificaron que la nueva política no establece topes presupuestarios, ya que, si bien, se busca que el límite del gasto en publicidad institucional no rebase el 0.1 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación en ningún ejercicio, la propia política permite ampliaciones presupuestales, previa justificación y autorización. El artículo 11 del Acuerdo permite estas ampliaciones y sólo obliga a que las dependencias den a conocer por medio de un comunicado de prensa el monto autorizado, así como la justificación respecto a la ampliación autorizada.
También se refirieron a que entre 45 y 50 por ciento del gasto en publicidad oficial se concentra en 10 medios de comunicación, y si bien en el artículo 12 del Acuerdo se prohíbe que uno solo reciba más del 25 por ciento del gasto, esta medida de avanzada está acompañada de excepciones.
Artículo 19 y Fundar mencionaron que la nueva política establece algunos criterios de asignación de la publicidad oficial, pero falta claridad y precisión en su redacción, lo que da un margen importante de interpretación y de discrecionalidad.
Propusieron que la actual Ley General de Comunicación Social –publicada en mayo de 2018 y conocida como la “ley chayote”– se abrogue y en su lugar legislar una nueva de acuerdo con lo estipulado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y retomando los estándares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en sus “Principios sobre regulación de la publicidad y libertad de expresión”.
Recordaron que a finales del año pasado, el Colectivo Medios Libres elaboró una iniciativa de ley general, y solicitaron al gobierno que se discutiera y revisara por el Congreso bajo un modelo de parlamento abierto. Pero no hubo respuesta y al parecer, con la emisión de esta política, no habrá una participación de organizaciones especializadas en la confección de una nueva ley general de comunicación social.
Guerrero
Recientemente diputados locales de oposición, integrantes de la Junta de Coordinación Política, hicieron pública su inconformidad por la concentración de las decisiones en su presidente Antonio Helguera Jiménez, y por la falta de transparencia en el manejo de recursos en el Congreso del estado.
De acuerdo con una nota de El Sur del 18 de abril, el coordinador de los diputados del PRD Celestino Cesáreo Guzmán, y las representaciones del PT y del PAN, Leticia Mosso Hernández y Guadalupe González Suástegui, expresaron que no se les incluye en la toma de decisiones administrativas, jurídicas o financieras de la Jucopo y de paso reprobaron la política de comunicación social que se sigue en el Congreso.
En específico, Cesáreo Guzmán indicó que los diputados perredistas están inconformes con el trabajo de la Dirección de Comunicación Social, pues consideran que “hay opacidad total, (y) está al servicio de Morena, no del Congreso”, según la misma fuente.
Por su parte, la diputada panista Guadalupe González Suástegui comentó que ha insistido en que se les informe cómo se gasta el dinero obtenido con el descuento de 30 por ciento de los sueldos de los 46 diputados, así como los recursos destinados a la Dirección de Comuni-cación Social, pero no le han respondido. La diputada del PT Leticia Mosso Hernández también se refirió a que en el área de comunicación existe inconformidad porque no hay información sobre los medios que tienen convenios, y además se percibe un favoritismo hacia la fracción de Morena, dijo la petista.
Pero el Congreso del estado no es la única institución gubernamental que acusa falta de transparencia en materia de comunicación social. El Ejecutivo del estado, el Poder Judicial, varios organismos autónomos, partidos, sindicatos y particularmente ayuntamientos no publican su información o lo hacen parcialmente sobre los montos destinados a gastos relativos a comunicación social y publicidad. Es una opacidad generalizada.
La dependencia denominada Jefe de la Oficina del Gobernador, que de acuerdo con la Ley orgánica de la administración pública del estado de Guerrero es la responsable de “Conducir, coordinar y evaluar las tareas de comunicación social de la Oficina del Gobernador y coordinar en esta materia, las acciones de las secretarías, dependencias y entidades de la administración pública estatal”, omite publicar tanto en la plataforma nacional de transparencia como en su portal electrónico cualquier información sobre los gastos de comunicación social, contratos, uso de los tiempos oficiales o cualquier otra información que permita conocer el gasto del gobierno del estado en la materia.
En la misma situación de opacidad se encuentran el ayuntamiento de Chilpancingo, cuyo portal electrónico lleva seis meses en mantenimiento, y parcialmente el gobierno de Acapulco, que manifiesta haber erogado 1.9 millones de pesos en el último trimestre de 2018 y además publica las facturas de las empresas contratadas. El ayuntamiento de Iguala parece ser uno de los pocos que cumple en mayor medida con la ley de transparencia, al publicar los contratos y facturas de medios que recibieron recursos públicos por concepto de publicidad oficial, aunque su información está desactualizada, ya que corresponde al último trimestre de 2018.
De última hora
El día de ayer nos enteramos que el grupo del PRD en el Congreso propuso un reglamento para regular las actividades de la Dirección de Comunicación Social (El Sur, 22 de abril). Entre los puntos destacados están la creación de un comité integrado “de manera plural, hasta por cinco legisladores” de diferentes partidos, que supervisará el desempeño de esa Dirección y propondrá la política de comunicación y difusión del Congreso.
El tenor del reglamento propone que las decisiones se tomen de manera colegiada (por la Jucopo o el comité), como establecer los criterios que regirán los convenios de publicidad con los medios, autorizar el personal técnico y administrativo que requiera la Dirección, y proponer al pleno al director de esta área del Congreso, entre otros.
Aunque se les puede reprochar a varios de los diputados del PRD por qué no propusieron en anteriores legislaturas una medida igual, lo cierto es que cualquier iniciativa que sea útil para ordenar, transparentar y poner reglas al tema de la publicidad oficial será bienvenida. El reglamento que propone el PRD, si bien limitado, puede ser un primer paso.

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