martes, 26 de mayo de 2015

Fertilizante gratuito, un desastre para Guerrero

El Sur de Acapulco
El programa de fertilizante subsidiado es todavía un eficaz gancho para conseguir votos, como lo ha sido a lo largo de 21 años, cuando con propósitos electoreros y para obtener ganancias económicas, fue creado por el ex gobernador priista Rubén Figueroa Alcocer.
En ésta y la siguiente edición se describirá la irresponsabilidad y la ambición de sufragios de los candidatos (as) que fomentan este programa, y asimismo se revisará cómo las dependencias responsables de vigilar la operación del programa en el estado (Secretaría de Desarrollo Rural y Contraloría General del estado), ante las evidentes irregularidades, simplemente dicen que no pasa nada.
En la actual contienda electoral, son ya varios los candidatos (as) a gobernador que se refieren al programa en los mismos términos que en el pasado. No sirvió de nada la experiencia de dos décadas de operar un programa que degradó el suelo y contaminó el agua de Guerrero, que modificó negativamente las prácticas de producción campesina, y del que se han enriquecido cientos de funcionarios estatales y presidentes municipales, amén del uso político y la “inversión” anual de cuantiosos recursos sin incrementar significativamente la producción.
Ningún candidato (a) quiso sonar “políticamente incorrecto” y prefirieron obtener un puñado de votos que enderezar un programa pernicioso que hace daño al estado y a los propios campesinos que consumen el producto. Hoy sigue siendo bandera y nadie propone romper y sustituir la adquisición de fertilizante químico por otros sistemas de fertilización menos dañinos para el ambiente, más baratos, y que no consuman los recursos financieros de la obra pública municipal, como se ha venido haciendo.
Héctor Astudillo Flores, candidato a gobernador por los partidos PRI-PVEM, ya prometió que el fertilizante será gratuito en su gobierno, y el costo lo cubrirán el municipio y el gobierno del estado, para que el productor no ponga un peso. “Quiero pedirles a todos y a todas los que tienen que ver con el campo que digan en toda la Tierra Caliente que el fertilizante será gratuito, vamos a modernizar el campo”, dijo un Astudillo, ufano, quien ratificó este compromiso durante el debate entre candidatos del 20 de mayo pasado.
La candidata de la coalición Mejoremos Guerrero, conformada por PRD y PT, Beatriz Mojica Morga, también comentó al respecto. Según la Jornada Guerrero, “en su recorrido que comenzó en Coyuca de Catalán, explicó que se etiquetarán mil millones adicionales al presupuesto de Guerrero para adquirir el abono, que se entregará sin costo al campesinado”. En el debate comentó que entregará fertilizante acompañado de semilla mejorada.
Por su parte, Luis Walton, aspirante al mismo cargo por Movimiento Ciudadano, también se comprometió con los productores a continuar entregando fertilizante, pero más barato. “Les seguiremos dando fertilizante, y será fertilizante barato, porque no nos vamos a llevar comisión”, dijo el candidato, quien en el debate no abordó el asunto.
El candidato del Movimiento de Regeneración Nacional, Pablo Amílcar Sandoval, y el dirigente nacional Andrés Manuel López Obrador, dieron a conocer y firmaron los “25 Compromisos con el pueblo de Guerrero”. Entre éstos, el número cuatro se refiere a que “Tendrán los campesinos fertilizantes gratuitos para producir maíz, frijol y otros cultivos básicos”. No hubo mención al respecto durante el debate.
La candidata Godeleva Rodríguez Salmerón, del partido de los Pobres de Guerrero –quien ya declinó a favor de Mojica Morga-, prometió durante el debate fertilizante gratuito, mientras que Raymundo Nogueda Analco, del Partido Encuentro Social, fue el único que se refirió al abono orgánico, aunque sin ningún detalle.
Sólo el candidato Alberto López Rosas, del Partido Humanista, cuestionó a los candidatos (as) que prometieron la distribución gratuita de fertilizante, pues planteó que es necesario primero tener claridad de dónde se obtendrán los ingresos para su adquisición.
En general, no es cuestionable la entrega de un insumo agrícola de manera gratuita, lo grave es lo que sucede en las entrañas del programa y las numerosas irregularidades que se cometen por la falta de controles férreos y de una entidad que imponga su autoridad: producto adulterado, sacos con menor peso, padrón de beneficiarios sin control, uso de recursos federales no autorizados para la adquisición de fertilizante, así como una total impunidad al no sancionarse las numerosos irregularidades que se comenten, sobre todo en los ayuntamientos.
Es triste el panorama que ofrecen los candidatos (as) al promover un programa que se ha enquistado en el campo y que lastima al territorio y a su gente.
Promoviendo el insumo
Los compromisos de los candidatos (as) son por lo menos irresponsables. Entregar fertilizante químico gratuito provocará un boquete en las finanzas públicas del gobierno del estado y/o de los ayuntamientos.
De acuerdo con datos de la Seder, se calcula que anualmente hay un gasto de 845 millones de pesos para la compra de fertilizante, aportados por el gobierno del estado (20 por ciento), ayuntamientos (59 por ciento) y productores (21 por ciento). De absorberse la parte de los productores, el gobierno estatal y ayuntamientos deberán aportar del orden de 177 millones de pesos adicionales cada año.
Aunque la prensa no los registra, sin duda los candidatos (as) a presidentes municipales también están prometiendo la entrega de fertilizante a menor precio o de plano, de manera gratuita. Desde los tiempos de René Juárez, la operación del programa fue descentralizada a los municipios, ya que el gobierno del estado buscaba quitarse la presión de las movilizaciones de productores –al haberles creado artificialmente la necesidad del insumo- y trasladar la problemática a los municipios.
Pero los ayuntamientos encontraron en el programa de fertilizante una palanca efectiva para el clientelismo y para la obtención de recursos de manera irregular. Fue en los ayuntamientos donde se afinaron las prácticas más desaseadas del programa, y que van desde la manipulación del padrón de productores, hasta licitaciones dudosas y el contubernio con empresas para adulterar el producto e inflar los costos. Esto con el concurso o la omisión de las dependencias que de acuerdo con las reglas de operación deben vigilar la ejecución del programa.
La operación directa del programa fue muy útil y eso explica por qué la aportación de los ayuntamientos comenzó a ser creciente. En 2001, los productores aportaban 58 por ciento del costo total del insumo, en 2002 ese porcentaje disminuyó a 46 por ciento y para 2003 fue de 41 por ciento. En los siguientes años continuó su descenso hasta llegar a 17 por ciento en 2007. Durante el periodo 2008-2012 el promedio de la aportación de los productores fue de 25 por ciento.
Los ayuntamientos emplearon en su momento la misma lógica clientelar que hoy utilizan los candidatos (as) a la gubernatura: disminuir el porcentaje de aportación de los campesinos, incluso hasta cero, para poder influir sobre sus preferencias electorales.
“Observados”, los ayuntamientos desde 2001
Desde 2001, cuando se descentralizó el programa y los ayuntamientos comenzaron a hacer su aportación financiera, ésta ha sido obtenida de los recursos del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social Municipal del Ramo 33 (FAISM), es decir, del dinero que proviene de la Federación y que está etiquetado para el financiamiento de obra pública y acciones sociales básicas.
Desde entonces, los órganos de fiscalización estatal y federal han señalado esta irregularidad, ya que la Ley de Coordinación Fiscal, incluso en su reciente modificación que entró en vigor en 2014, no considera la compra de insumos agrícolas entre las acciones que se pueden financiar con estos recursos.
En 2014, alcaldes, diputados, dirigentes de partidos y funcionarios del gobierno del estado de Guerrero adoptaron una actitud beligerante ante la Federación por las modificaciones a la Ley de Coordinación Fiscal y los lineamientos del FAISM de la Sedesol de 2014, que endurecieron la prohibición.
Sin embargo, la Sedesol flexibilizó su postura, según lo consignaron los diarios en abril de 2014. De acuerdo con estas fuentes, la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, ofreció a los alcaldes de Guerrero que podrían destinar 20 por ciento del dinero del FAISM en la adquisición del insumo, y hasta les dijo, según los periódicos, que lo podrían comprobar bajo el concepto de “proyecto productivo alimentario” (El Sur, 15 de abril de 2014).
También mencionó que el gobierno federal daría “trato especial” a 12 municipios que requerían más del 20 por ciento, ya que como se sabe, hay ayuntamientos que gastan un porcentaje mayor de su FASIM que a veces rebasa el 50 por ciento.
Esta concesión a los municipios de Guerrero está fuera de norma y es ilegal. Los diarios la registraron en sus páginas a partir de una reunión a puertas cerradas entre la titular de la Sedesol federal, el ex gobernador Ángel Aguirre y alcaldes del estado.
Por medio de una solicitud de información, le requerimos a la Sedesol el “fundamento legal por el que la dependencia autorizó que los ayuntamientos de Guerrero utilicen 20 por ciento de los recursos del fondo de aportaciones para la infraestructura social municipal del ramo 33 en la adquisición de fertilizante.”
En su respuesta, la Sedesol se desentendió de lo que había acordado su titular con los ayuntamientos del estado en abril de 2014 y respondió que “esta Secretaría de Desarrollo Social no tiene facultad de autorizar ni validar ningún tipo de gasto por parte de los ayuntamientos municipales”.
Argumentó que la Ley de Coordinación Fiscal  en su artículo 49 establece que “[…] Las aportaciones federales serán administradas y ejercidas por los gobiernos de las entidades federativas y, en su caso, de los municipios y las demarcaciones territoriales del Distrito Federal que las reciban, conforme a sus propias leyes (…). En todos los casos deberán registrarlas como ingresos propios que deberán destinarse específicamente a los fines establecidos”. 
La Sedesol describió los rubros de gasto a los que se deben destinar los recursos del FAISM: agua potable, alcantarillado, drenaje y letrinas, urbanización, electrificación rural y de colonias pobres, infraestructura básica del sector salud y educativo, mejoramiento de vivienda, así como mantenimiento de infraestructura, conforme a lo señalado en el catálogo de acciones establecido en los Lineamientos del Fondo que emita la Secretaría de Desarrollo Social.”
Es decir, el acuerdo entre la Sedesol, el gobierno del estado y los ayuntamientos que permite pagar el 20 por ciento del costo del fertilizante con recursos del FAISM, no se sustenta en ningún documento institucional y más bien es un acuerdo informal que jurídicamente pende de un hilo.
Las observaciones de la ASF
En los más recientes informes de cuenta pública a los ayuntamientos de Guerrero, difundidos por la Auditoría Superior de la Federación, este órgano fiscalizador observó esta irregularidad e hizo las recomendaciones respectivas a las contralorías internas de los municipios para que investiguen y apliquen las sanciones que correspondan.
Las sugerencias de la ASF difícilmente tendrán consecuencias, pues las contralorías municipales están supeditadas a los alcaldes y no cuentan con autonomía, por lo cual no se esperan ninguna investigación ni sanción a los ayuntamientos, y el fertilizante continuará distribuyéndose de manera irregular y con observaciones permanentes por parte de la ASF.
Para dar una idea de lo que sucede en este rubro, el organismo fiscalizador federal revisó en 2013 una muestra de municipios guerrerenses. De los seleccionados, Cutzamala gastó el 78.4 por ciento de sus recursos FAISM en la adquisición de fertilizante; Arecelia, 66.1 por ciento, Zirándaro 59.5 por ciento y Quechultenango 55 por ciento.
Los demás municipios revisados en 2013 fueron Zitlala, que gastó 42.7 por ciento de su FASIM en fertilizante, Huitzuco (26.7), Olinalá (26.7), Tixtla (26.2), Eduardo Neri (24.8), Tepecoacuilco (18.9), José Joaquín Herrera (17.3), Atoyac (13.9), Acatepec (12.6), Petatlán (7.5) y Juchitán (3.8 por ciento del FAISM).
Todos los municipios resultaron con observaciones de la ASF, incluso los que gastaron menos del 20 por ciento de su FAISM. Pero como muchas cosas en Guerrero, no sucederá nada

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