martes, 3 de septiembre de 2013

Acceso a la información en la prensa de Guerrero (I)


El Sur de Acapulco
En Guerrero, los periodistas no ejercen el derecho de acceso a la información de manera sistemática para realizar su trabajo, y esto porque han encontrado dependencias públicas que no cumplen con su obligación de entregar información, desconfianza en el organismo encargado de garantizar este derecho, la dinámica de inmediatez con que trabajan los reporteros que contrasta con los largos tiempos de los procedimientos de acceso a la información, la censura en los medios en que trabajan y hasta el desinterés de los propios trabajadores de los medios.
El poco uso del derecho a la información que hacen los periodistas es sólo un reflejo de lo que sucede en los demás sectores de la sociedad, que encuentran los mismos obstáculos y una  escasa voluntad y disposición de quienes toman las decisiones para transparentar y rendir cuentas de las actividades gubernamentales.
No es pues, un problema que sólo enfrentan los reporteros, sino un problema estructural que sigue manteniendo en la opacidad parcial o total una gran parte de la información pública que se produce en las esferas de gobierno.  
Los claroscuros de la participación del gremio
En diferentes momentos, el gremio de los periodistas estuvo pendiente de la gestión de la ley de transparencia.
En octubre de 2004, por ejemplo, la Asociación de Periodistas del Estado de Guerrero organizó en coordinación con otras agrupaciones, el ciclo de conferencias Por un Guerrero Democrático, una de las cuales se tituló Por una ley de transparencia y acceso a la información en Guerrero.
En 2005, el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa sección XVII hizo llegar a los diputados de Guerrero un exhorto para que se abriera un proceso de discusión sobre la ley de transparencia que ya se cocinaba. En esa ocasión, los periodistas tampoco tuvieron respuesta, pues los legisladores nunca convocaron a foros de consulta.
Sin embargo, una vez que entró en vigor la Ley de acceso a la información del estado en junio de 2006, y mediante la que se abrió la posibilidad de solicitar información pública a través de un requerimiento formal, los periodistas no han hecho uso de este recurso, no obstante que reconocen su importancia como herramienta para el trabajo periodístico.
De acuerdo con Marlén Castro, colaboradora del semanario Interacción, y una de las periodistas más constantes en el ejercicio de acceso a la información, “hay poca gente del mismo gremio que está interesada en eso, yo creo que 80 por ciento de los periodistas nunca ha hecho ni una solicitud de información, entonces no hay interés”, aunque reconoce que el acceso a la información “es un instrumento valiosísimo, que no ha rendido frutos en  el caso del gremio periodístico  porque no se ha utilizado; y una puede ver, utilizando esta ley, las debilidades de las instituciones”.
Por su parte, Lourdes Chávez, reportera del periódico El Sur, comentó que, efectivamente, el derecho de acceso a la información es una herramienta para el periodista, “pero se prefieren métodos más inmediatos” para conseguir información.
Chávez Ramírez agregó que “la gran mayoría hace nota del día, y a nadie le conviene, ni los periódicos contratan a nadie para hacer periodismo de investigación. Es muy mal pagado el periodismo, incluso los trabajos de fondo son versiones oficiales o entrevistas”.
Jesús Guerrero, corresponsal del diario Reforma, también reconoció que los reporteros no emplean el acceso d la información como herramienta de su labor periodística “por la misma dinámica de trabajo del día, pues en Chilpancingo, muchos de los reporteros tenemos una agenda a la que debemos sujetarnos todos los días, a la nota del día, al trabajo que me piden del periódico”.
Y añadió que en Guerrero “falta un trabajo periodístico de investigación y creo que [el acceso a la información] es una herramienta con la que puedes abundar más en un trabajo periodístico de información. Pero no, no lo hacemos por el rollo de la chamba o porque nos falta este formación para investigar o tener más audacia.”
Al respecto, Vania Pigeonutt, reportera de El Sol de Chilpancingo, explicó que aunque tomar la declaración de un servidor público es un trabajo y tiene su mérito, “no estamos informando bien, estamos reproduciendo lo que los funcionarios quieren decir. Estamos más preocupados por lo que pasa a diario, de lo que tienes que cubrir, y te despreocupas de cosas que también son noticia. Parece que nosotros no tenemos agenda, dejamos que la agenda sea sólo la nota diaria, lo que pasa en los bloqueos, las movilizaciones, pero nos olvidamos de muchas otras cosas”.
Poco salario, muchas chambas
De acuerdo con los testimonios, son muchos los motivos que desalientan el ejercicio de acceso a la información. Uno de los que comentaron con más frecuencia fue el de los bajos salarios de los periodistas, que los obligan a tener varios trabajos y por lo tanto a olvidarse de hacer un periodismo de investigación y sólo basarse en las declaraciones de los personajes públicos.
Marlén Castro consideró que en Guerrero, los periodistas deben tener tres o cuatro empleos para poder reunir un salario decoroso, “y eso implica hacer seis notas al día, entonces los más fácil para la mayoría de los periodistas es hacer notas a partir de las llamadas entrevistas banqueteras, le pones la grabadora al funcionario que se atraviese para que suelte la información, es un periodismo fácil y tienes que ver con las condiciones laborales y la falta de preparación.”
Lo anterior se traduce en que no queda tiempo para presentar solicitudes de información por los largos tiempos que se requieren para su gestión, pero especialmente por atender los múltiples compromisos con diversos medios.
Sobre el punto, Jesús Guerrero también confirmó que “muchos compañeros reporteros, que trabajan en periódicos locales, tienen salarios raquíticos, no les dan salario profesional, algunos compas ganan 500 pesos a la quincena, no tienen seguro social, ninguna prestaciones, son explotados; y muchos compas caen en vicios del embute del gobierno”.
Los dueños de los diarios, además de los bajos salarios que pagan a sus trabajadores, no tienen interés en la información relativa a la transparencia y la rendición de cuentas, pues es una forma de “desnudar” las actividades irregulares de las administraciones de gobierno; con mucha frecuencia censuran la información que afecta su relación con los personajes del poder.
Por ejemplo, Marlén Castro  comentó que “a esas notas que tienen que ver con transparencia y rendición de cuentas no le dan mucha importancia, y muchas veces el periodista tiene que lidiar con un editor al que no le interesan esas notas”.
Y desde su experiencia, Jesús Guerrero afirmó que a los reporteros “no los respetan, les cortan sus notas, se las censuran, porque no puedes criticar a tal funcionario, no puedes criticar al gobernador, al alcalde, entonces no se puede hablar de que a los reporteros se les respete su trabajo”
Por su parte, Vania Piggeonut explicó que hay muchos reporteros que encuentran dificultades para que les publiquen algunas notas. “Hay cosas que los mismos reporteros saben que no van a publicar, el salario de Mario Moreno, por ejemplo, muchos medios no lo publicarían, porque el ayuntamiento tiene convenio con los periódicos”.
Estrategias para la opacidad
Los procedimientos y tiempos que establece la Ley de transparencia son largos, incompatibles con los ritmos con que se hace el periodismo. Para responder a una solicitud de información, una dependencia pública cuenta con hasta 15 días hábiles, pero puede solicitar una prórroga de otros 15 días hábiles para reunir la información requerida.
En caso de que la dependencia no responda o lo haga insatisfactoriamente, y el solicitante presente una queja o recurso de revisión, el ITAIG gestiona también procedimientos muy largos, y una resolución del órgano garante puede tardar varias semanas.
Uno de los motivos que precisamente desalienta la presentación de solicitudes de información entre los periodistas son los tiempos, que para los ritmos del periodismo son muy largos, pero también las argucias de los encargados de brindarla.
Marlén Castro comentó que “el día en que se vencía la solicitud de información, [las dependencias] siempre solicitaban una prórroga, aunque era información de oficio y la debían de tener ahí. Luego llegaba la fecha de vencimiento de la prórroga y decían que esa información no la tenían. Yo digo, me lo pudieron haber contestado antes de la prórroga, pero siempre agotaban el tiempo que marca la ley y finalmente me negaban la información.”
Daniel Velázquez, del periódico El Sur, reflexionó que “podría pensarse que [el acceso a la información] es un herramienta para el reportero, pero por la estructura burocrática que tiene en realidad es un obstáculo, porque en los medios de comunicación el tiempo es un factor que va en contra y cuando sale una información que necesita ser aclarada y precisada, esperar dos semanas a que una dependencia dé la información requerida, para el periodismo no funciona”. 
Aun cuando el artículo seis de la Constitución federal recomienda que los procedimientos de acceso a la información deben ser gratuitos y expeditos, esas condiciones no se cumplen.
Para Vania Piggeonut, el proceso “se me hace tedioso, burocratismo electrónico, o sea, que tengo que ir a esta pestaña, a esta otra; es decir, yo no puedo entrar como persona y decir quiero saber esto, o, sea, hay todo un formulismo, tengo que crear un nombre de usuario, entiendo que puede ser por cierta seguridad, pero también me parece que están atentando contra mi derecho de información”.
Pero la estrategia preferida por los funcionarios es decir a cada requerimiento de información, que los datos solicitados son confidenciales.
“Una vez recurrí a una petición para saber el número de maestros comisionados de la SEG y me contestaron que era información confidencial. También recurrí a la secretaria de salud, donde solicitaba el presupuesto de ese año, y también me dijeron que no podían dar información. Incluso solicite una información al congreso local para saber el salario de los diputados y tampoco me dieron la información porque era información confidencial.”
Estas estrategias de opacidad que describió Jesús Guerrero son muy frecuentes; las dependencias las utilizan y le apuestan a que, por los largos procedimientos, pocos reporteros o ciudadanos recurrirán a presentar una queja ante el ITAIG.
El ITAIG, órgano inservible
El Instituto de Transparencia y Acceso a la Información de Guerrero es el órgano que recibe tramita los recursos de revisión o quejas de las y los ciudadanos inconformes con las respuestas que emiten las dependencias gubernamentales. Sin embargo, los reporteros que presentaron este recurso, invariablemente se quejaron del funcionamiento del instituto.
Al respecto, Marlén Castro comentó querecurrí cuatro veces (al ITAIG), pero fue más desalentador que las respuestas de las propias dependencias. Yo no tenía elementos para argumentar por qué las dependencias debían darme la información, y acudí al  instituto pensando que me iban a asesorar, pero no fue así, como que me dejaban sola, pues no había ese respaldo. Al final solamente sentía la frustración y la impotencia de que no contaba con ninguna institución que respaldara ese derecho.”
Por su parte, Daniel Velázquez comentó que aunque nunca  presentó un recurso de revisión ante el ITAIG, “no conozco que tenga un trabajo en exigir que los sujetos obligados transparenten sus acciones”. 
Igualmente, Vania Pigeonutt comentó QUE “los [consejeros] del ITAIG le entregaron al ayuntamiento de Chilpancingo un reconocimiento porque según estaba cumpliendo en transparencia, y dije, bueno si el ITAIG le está dando un premio a un ayuntamiento que no me dio información que debería ser del conocimiento público, como es el salario del alcalde, pues entonces es pura simulación”.
En la siguiente entrega presentamos cómo se perciben estos problemas en otros estados, en voz de una de la coordinadoras nacionales de la organización México Infórmate, Lilia Saúl Rodríguez, y lo que hace falta en Guerrero para que un mayor número de reporteros se acerquen y hagan suya esta herramienta importante para su trabajo.

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