martes, 14 de marzo de 2017

Guerrero, reprobado en gestión del gasto federalizado

Publicado en El Sur de Acapulco
La Auditoría Superior de la Federación desnudó por enésima ocasión la manera como se ejerce el gasto público en las entidades federativas. Año tras año, sus conclusiones dan cuenta de que la gestión pública de gobiernos estatales y ayuntamientos adolece de graves deficiencias para la administración de los recursos y esto repercute de manera directa en el cumplimiento de los objetivos y metas que se plantean para la resolución de los problemas que aquejan a la población de sus jurisdicciones. La revisión más reciente de la ASF, de 2015, continuó arrojando los mismos resultados.
En días anteriores, diferentes medios de Guerrero publicaron algunos aspectos de los informes de las cuentas públicas del ejercicio 2015 de dependencias y programas específicos, realizados por el órgano fiscalizador federal, y los resultados no fueron nada alentadores: la emisión de cientos de observaciones –es decir, señalamientos de que el gasto no se ejerció de acuerdo con las normas- las cuales, si se consideran con un criterio condescendiente parecería que sólo se trata de irregularidades administrativas, pero que en el fondo y muy frecuentemente esconden verdaderos actos de corrupción.
Los datos que aquí se retoman, provienen de las auditorías al gasto federalizado efectuadas por la ASF, y que consisten en la fiscalización del uso de los recursos y el cumplimiento de metas y objetivos de los fondos y programas financiados con recursos federales transferidos a estados y municipios, para renglones como educación, salud, creación de infraestructura básica, abatimiento de la pobreza y seguridad pública.
Las revisiones de la ASF tienen una especial relevancia, ya que la mayor parte del presupuesto del estado de Guerrero proviene de la federación. En 2017, según el presupuesto de egresos del estado, el porcentaje de los recursos enviados del nivel federal será de 95.8 por ciento del total, mientras que el promedio nacional es de 90 por ciento.
En sus revisiones de 2015, el órgano fiscalizador practicó al gobierno del estado 11 auditorías de cumplimiento financiero, siete de cumplimiento financiero con enfoque de desempeño y una de inversiones físicas.
En el caso de los municipios, se revisaron 26 ayuntamientos, a los que se les aplicaron nueve auditorías de cumplimiento financiero y 29 de cumplimiento financiero con enfoque de desempeño.
Corrupción y malas gestiones
Sobre los gobiernos de Guerrero –pero no sólo en ellos- recaen dos pesadas lozas. Una de ellas es la corrupción, que se ha enquistado estructuralmente y que propicia la depredación de los recursos públicos, tan necesarios para abatir los índices de marginación del estado. La otra se relaciona con la gestión del gasto, que en todos los gobiernos locales, sin distinción de partidos, ha sido profundamente deficiente, y esta característica es también una de las causas principales que facilita el desperdicio de los recursos públicos. Vale decir que si no se resuelven estos dos problemas –a los que en los últimos años se ha sumado el de la inseguridad-, Guerrero continuará permanentemente ocupando los primeros lugares por sus niveles de pobreza y gastando miles de millones de pesos.
El de la corrupción es un tema que actualmente se está abordando mediante la construcción de un sistema nacional de combate a la corrupción –que deberá tener su correspondiente réplica en las entidades federativas- y cuyos primeros pasos han sido básicamente la aprobación de leyes y su inclusión en la carta magna mexicana. Nadie sabe si este sistema funcionará, pero la apuesta es construir un andamiaje institucional en todo el país–no fragmentado como hasta hoy- que permita ahora sí, prevenir, detectar y sancionar los actos de corrupción y fiscalizar y controlar los recursos públicos.
Pero en el tema de la gestión pública, específicamente del gasto federalizado, se han creado instrumentos de control y fiscalización. Cada año la Auditoría Superior de la Federación realiza esta tarea y genera información, diagnósticos e indicadores sobre este tema que han permitido evaluar a los gobiernos estatales y municipales.
Las deficiencias en la gestión del gasto “se han traducido en limitaciones para alcanzar los beneficios originalmente previstos en favor de la población, pero adicionalmente han erosionado la confianza social en las instituciones locales”, asegura el órgano fiscalizador, ya que hay una pésima percepción ciudadana debido a los constantes hechos de corrupción relacionados con el manejo de recursos federales transferidos a las entidades federativas y municipios.
Lo más grave es que ya se observan círculos viciosos que no permiten a un gobierno tener una mediana gestión. No obstante que la ASF da a conocer cada año a las entidades federativas y los municipios las irregularidades más importantes en la gestión del gasto federalizado, cada ejercicio fiscal los gobiernos repiten las mismas observaciones.
Observaciones
En 2015, Guerrero ocupó el quinto lugar entre las entidades federativas con mayor monto observado por las auditorías respecto del monto asignado. De un total de 31,106.2 millones de pesos asignados por la federación en ese ejercicio, 4,301.4 millones fueron observados, es decir, 13.8 por ciento del total. En los primeros lugares por su monto observado se encuentran Michoacán (16.5 por ciento), Ciudad de México (15.5), Veracruz (15.1) y Morelos (14 por ciento). Las entidades con menor monto observado fueron Tamaulipas, Colima y Campeche, con porcentajes de 3.3, 3.1 y 2.9 por ciento, respectivamente.
Guerrero también ocupa los primeros sitios entre las entidades con más observaciones pendientes de solventar (sexto lugar). Por ejemplo, de 2011 a 2014 quedaban observaciones pendientes por 8,757.7 millones de pesos, y a enero de 2017 solo se habían solventado 330 millones. Si a lo pendiente de solventar del periodo 2011-2014 se le suma las observaciones de 2015, da un total de 13,241 millones de pesos.
Cabe señalar que hay un monto de denuncias por hechos por 314.1 millones de pesos y un monto de denuncias penales relacionadas con simulación de reintegros por 943.3 millones.
Aunque la ASF no tiene datos específicos de Guerrero, a nivel nacional las principales irregularidades que se presentaron en 2015 fueron: por recursos no ejercidos (53.3 por ciento del total de observaciones), falta de documentación comprobatoria del gasto (12.1 por ciento), transferencia de recursos a otras cuentas bancarias (9.4), recursos ejercidos que no cumplen con los objetivos específicos de cada fondo o programa (7.6), pago de remuneraciones indebidas o injustificadas al personal (4) y retenciones no enteradas a terceros institucionales (3.1 por ciento).
Esta última irregularidad ha sido muy recurrente en el estado. Los ex gobernadores Ángel Aguirre y Rogelio Ortega han reconocido públicamente que retuvieron impuestos a trabajadores del estado para desviarlos luego al pago de plazas sin presupuesto en los sectores de educación y salud. Cómo se puede calificar a este reconocimiento explícito, ¿pésimos gestores? ¿o que sus acciones son una forma de corrupción?  
Cero evaluaciones
Aun cuando existe la obligación para que los resultados del ejercicio de los recursos públicos se sometan a un proceso de evaluación, (artículo 134 de la constitución, ley de planeación, presupuesto de egresos del estado), lo cierto es que en Guerrero no hay evaluaciones o por lo menos éstas no son públicas. En el portal electrónico del gobierno del estado, hay una sección de transparencia fiscal y dentro de ésta, información sobre “evaluación de resultados”; sin embargo, propiamente sobre el tema sólo aparecen evaluaciones específicas sobre algunos fondos y programas y matrices de indicadores de gestión también de algunos programas o dependencias, todo con información de los gobiernos de Aguirre u Ortega Martínez.
Al respecto, la ASF concluye que “la evaluación, como instrumento clave para apoyar el proceso de mejora del gasto federalizado, presenta un débil desarrollo, tanto en el ámbito de las entidades federativas y municipios, como a nivel nacional”. Agrega que los pocos avances que se presentan en las entidades federativas en el tema de evaluación buscan más dar cumplimiento a la normativa que utilizar la evaluación como un medio para mejorar la operación y los resultados de los fondos y programas.
De acuerdo con las auditorías realizadas por el órgano fiscalizador al Sistema de Evaluación del Desempeño (SED) del gasto federalizado en las 32 entidades federativas, se determinó que su desarrollo presenta poco avance. Como resultado, la evaluación no ha tenido un rol de apoyo a la mejora de la gestión de estos recursos, salvo escasas excepciones.
Para medir los avances del SED, la ASF formuló un índice que incluye ocho componentes: marco jurídico, institucional y operativo; capacitación en materia del SED; formulación de un programa anual de evaluación y de los términos de referencia para la realización de las evaluaciones; realización y alcance de las evaluaciones; difusión de las evaluaciones; consideración de los indicadores de desempeño en las evaluaciones; seguimiento de los aspectos susceptibles de mejora; y utilización de los resultados de las evaluaciones.
De acuerdo con los resultados del índice, se tiene un promedio nacional de avance del SED de 49.9 por ciento, destacando tres estados que están por arriba de los 90 puntos: Yucatán (90.5), Chihuahua (94.9) y Oaxaca (91.8). Los peores avances son para Durango (13.3), Baja California Sur (2.5) y Guerrero (0.0). Es el único estado que no presenta ningún avance.
Los avances en el gobierno de Héctor Astudillo podrán observarse en la siguiente revisión de la ASF para el ejercicio 2016. No se auguran cambios significativos para entonces, ya que no hay anuncios sobre acciones al respecto y se observan las mismas deficiencias; por ejemplo, todavía hoy estamos esperando los indicadores de gestión de su Plan Estatal de Desarrollo 2015-2021, que prometió elaborar.
Participación ciudadana
No obstante que los slogans de gobierno regularmente hacen referencia a gobiernos abiertos a la ciudadanía, como el de “Guerrero nos necesita a todos”, “Todos somos Chilpancingo”, lo cierto es que a la fecha no existen los mecanismos institucionales que canalicen realmente la propuesta ciudadana; mucho menos los hay que permitan incidir en las decisiones importantes que se toman en el estado.
Esto viene a colación porque como parte relevante de la gestión pública, la ASF encontró una “insuficiente participación social en la gestión, vigilancia y seguimiento de los fondos y programas del gasto federalizado”. El órgano fiscalizador de la federación, mediante auditorías a los procesos participativos, ha encontrado avances limitados “en
cuanto al objetivo último de contar con una participación social efectiva y de amplio
alcance en la gestión de los fondos y programas, particularmente en su vigilancia,
al prevalecer los aspectos formales y discursivos sobre su presencia real”.
Índice de desempeño de la gestión del gasto federalizado
También para disponer de una valoración integral sobre la calidad de la gestión del gasto
federalizado la ASF diseñó un indicador que resume de manera ponderada las variables e indicadores considerados, tales como: importe observado/muestra auditada; nivel de ejercicio del gasto al 31 de diciembre; entrega de los informes trimestrales a la SHCP sobre el ejercicio, destino y resultados de los recursos federales transferidos; estado que presenta el control interno; cumplimiento de las obligaciones de transparencia de la Ley general de contabilidad gubernamental; y avance en el SED.
Cabe destacar que el valor promedio del índice fue de 73.3 puntos; las entidades con un
puntaje superior son Campeche con 82.5 puntos, San Luis Potosí con 81.7 y Chihuahua con 81. Las de menor valor en el índice fueron Veracruz con 58.8 puntos, Michoacán con 59.3 y Guerrero con 60.2.
Finalmente, la ASF concluye que las condiciones prevalecientes en materia de pesos y contrapesos en el entorno político, en la relación sociedad-gobierno y en la estructura de los marcos legales determinan la existencia de factores que influyen en la gestión del gasto federalizado, como un limitado proceso de rendición de cuentas, un contexto jurídico y político que limita la independencia y autonomía de las entidades fiscalizadoras locales; la Debilidad de las finanzas de los gobiernos de las entidades federativas y municipios; la debilidad en las capacidades institucionales de las entidades federativas y municipios; y la normativa de los fondos y programas del gasto federalizado.
Como se observa, es pesimista el panorama de la gestión del gasto federalizado en Guerrero.


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