Marcos Méndez Lara, el Sur de Acapulco
Primera parte
Cuarenta por ciento del fertilizante que reciben
los campesinos guerrerenses está adulterado y no cumple con la composición que
establecen las reglas de operación del programa de fertilizante subsidiado, de
acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) obtenidos a partir de 32 muestras
aplicadas por la Contraloría General del Estado en 16 municipios del estado.
Lo más grave es que en 18 por ciento del total
muestreado se descubrió que el producto analizado no es fertilizante, mientras
que en 24 por ciento, lo que distribuyen los ayuntamientos es algo que se asemeja
al insumo.Desde que nació en el gobierno de Rubén Figueroa Alcocer, el programa de fertilizante ha sido manipulado y objeto de varias formas de corrupción que se expresan en los procesos de licitación para la adquisición del insumo donde no se cumple con la norma, padrones de productores y superficie cultivable inflados, exclusión de beneficiarios de nuevo ingreso, la reventa del insumo en Guerrero y otros estados y la distribución de fertilizante de dudosa calidad.
En 18 años de operación, ningún gobierno estatal ni municipal ni el Congreso del Estado han aplicado medidas para corregir estas irregularidades, por lo que buena parte de los casi 800 millones de pesos que se invierten cada año se aplican o desvían a objetivos diferentes del apoyo de los productores de granos básicos de menores recursos.
Fertilizante que no es
Desde hace varios
años, los campesinos han denunciado la adulteración de la composición del
fertilizante que recomiendan las reglas de operación y también el menor peso
que contiene cada saco. Sobre este asunto, el ex Secretario de Desarrollo Rural, Sofío Ramírez reconoció ante la prensa “que se está engañando a los campesinos con el programa de fertilizante, pues el químico que se entrega en algunos municipios no cuenta con la fórmula correcta”. Sin embargo, cuando fue titular de la dependencia no aplicó ninguna medida correctiva.
Gerardo León Hurtado, dirigente de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC-Roja) opinó que el fertilizante que distribuyen los ayuntamientos, es pobre, y esto porque “hay acuerdos que hacen con las fábricas procesadoras, es tierra lo que están dando, y nadie cuida nada, simplemente porque hay grandes complicidades. Los presidentes municipales, de todos los colores, ahí encuentran su cajita de ahorro”.
Por su parte, Celerino Tlacotempa Zapoteco, coordinador estatal de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas, destacó que “tenemos conocimiento de que el fertilizante que están entregando los ayuntamientos está adulterado; se han realizado estudios, y donde mejor les va, les dan tierrita, y donde peor les va, le agregan alguna sustancia química que tiene colorante”.
Al respecto, la SDR presentó los datos de un análisis realizado a las muestras recolectadas en el 2010 por la Contraloría General del Estado a los fertilizantes distribuidos por los ayuntamientos. Se analizaron 32 muestras en 16 municipios de seis regiones del estado. Esta información fue publicada durante unas semanas en el portal de la dependencia, pero luego desapareció y hoy se encuentran en la opacidad.
Los resultados analizados por región indican que de las cuatro muestras tomadas en dos municipios de la zona Centro, una no es fertilizante, otra se asemeja al producto, y las otras dos sí son el producto. En la Costa Chica se obtuvieron seis muestras en tres municipios, de las cuales tres muestras se asemejan al producto, una muestra no es fertilizante y las dos restantes si corresponden al producto.
En dos municipios de la Costa Grande se obtuvieron cuatro muestras con los siguientes resultados: una muestra no es fertilizante, otra se asemeja al producto, y dos sí son fertilizante. En el caso de la Montaña, cuatro municipios fueron elegidos para ocho muestras; de éstas, tres no son fertilizante, una se asemeja al producto y las cuatro restantes si son fertilizante.
En las regiones Norte y Tierra Caliente se obtuvieron los resultados menos irregulares. En el primer caso, se tomaron cuatro muestras en dos municipios obteniéndose que una muestra se asemejaba al producto y las otras tres restantes sí correspondían al producto. En Tierra Caliente, de las seis muestras en tres municipios se obtuvo que una muestra se asemejó al producto y las otras cinco sí eran fertilizante.
Ninguna sanción
Para conocer la versión de la Contraloría General del Estado sobre este fraude a los campesinos guerrerenses y al erario público por la adulteración del fertilizante, se presentó una solicitud de información acerca de los resultados de los análisis realizados a las muestras recolectadas en 2010 y 2011 a los fertilizantes distribuidos por los ayuntamientos.
Al respecto, la dependencia no quiso dar ninguna información porque los resultados “se encuentran clasificados como reservados, debido a que contienen información que forma parte de un proceso de verificación y su publicación pudiera afectar la adecuada toma de decisiones para las instituciones correspondientes”.
Se solicitó entonces información sobre los casos jurídicamente concluidos, pues el argumento de la Contraloría General para negar la información es que los de 2010 y 2011 estaban en proceso de verificación.
Los datos que se solicitaron a la Contraloría fueron el nombre de las empresas, los ayuntamientos, el motivo y la sanción que han recibido quienes resultaron responsables de fabricar, vender o distribuir fertilizante adulterado de casos concluidos. Asimismo, se solicitaron copias o versiones públicas de los documentos que describen los procedimientos que se siguen a esas empresas o ayuntamientos.
La respuesta de la Contraloría fue escueta: “en los archivos de la Contraloría General no existe documento alguno”.
Es decir, no obstante que es una práctica que tiene varios años, hasta hoy la adulteración del fertilizante que reciben casi 300 mil campesinos en el estado y en el que se gastan casi 800 millones de pesos, sigue impune.
La reventa
Aunque miles de productores encuentran en el
fertilizante una opción para producir los alimentos que consumen, muchos otros también
tienen esta alternativa para obtener ingresos, pero sin sembrar.Sobre este problema, según versiones de prensa, el ex titular de la SDR, Sofío Ramírez, afirmó que más de la mitad del fertilizante subsidiado a los productores guerrerenses es revendido a campesinos de otras entidades como Oaxaca y Puebla.
En municipios como Cutzamala, de acuerdo con Martín Mora, ex Director del Programa de Fertilizante, “los que están inscritos en el programa, no son los que siembran, sino los que ya no trabajan el campo y son el papá, la mamá, la hija, y toda la familia adquiere un paquete. Hay familias que tienen hasta 12 paquetes y los pueden vender en 60 mil, y ellos solo pagan 12 mil, entonces dicen, para qué siembro si me voy a ganar 48 mil pesos”.
La SDR hizo un ejercicio de comparación entre las superficies agrícolas cultivables de granos básicos registradas por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera; Procampo, INEGI, y las que reportan los ayuntamientos dentro del programa de fertilizante.
Según estas cifras del ciclo primavera-verano 2010, la superficie que registra el INEGI en todo el estado es de 468,154 hectáreas, que comparada con las 504,328 hectáreas que reportan los ayuntamientos, hay una diferencia de 36,174 hectáreas, que aparentemente corresponden al fertilizante adicional que se entrega a personas que no siembran. Si este comparativo se hace entre la superficie que tiene registrada el Procampo y lo que reportan los ayuntamientos, la diferencia se amplía considerablemente a 112,675 hectárea adicionales.
Nadie duda pues de que un gran porcentaje del fertilizante subsidiado con recursos públicos se destina a la reventa, y hoy es día que las autoridades no aplican medidas para evitarlo.