El Sur de Acapulco
El todavía candidato electo a gobernador, Ángel Aguirre Rivero, durante su campaña o en el fragor del debate asumió algunos compromisos sobre la transparencia y la rendición de cuentas que tendría su gobierno. Es pertinente retomar esos compromisos y argumentar de qué manera podrían ser útiles a los guerrerenses, para que no sólo se queden en palabras o en acciones insulsas.
En general, no hubo muchas referencias precisas sobre el asunto; únicamente durante el debate, el candidato hizo dos propuestas específicas, a saber: otorgarle autonomía al Instituto de Transparencia y Acceso a la Información de Guerrero (ITAIG); y crear un consejo ciudadano para la vigilancia de los procesos de adquisiciones y obra pública.
Evidentemente estas dos propuestas son a todas luces insuficientes para alcanzar lo que en su página electrónica de campaña proponía: “transparencia y rendición de cuentas son ejes de un gobierno con responsabilidad social”.
Sobre la propuesta de dar autonomía al ITAIG, hay que recordar que la Ley de Transparencia y Acceso a la Información del estado ya le otorga esa calidad al organismo, en su artículo 79. El problema más bien se ubica en el inmovilismo del órgano garante, que no tiene una propuesta clara y consistente para impulsar la transparencia y promover el ejercicio de acceso a la información en el estado.
La ley de transparencia no se está cumpliendo, y para ello se argumentan diferentes pretextos como que no hay presupuesto o que está próximo el cambio de administración gubernamental. Esto pone en entredicho el papel del ITAG como organismo que debe garantizar el cumplimiento de la ley, ya que él mismo está pasando por alto algunas obligaciones (casos concretos: la publicación completa de su información de oficio; la elaboración de los lineamientos para que las dependencias públicas “suban” su información a los portales electrónicos).
La creación del consejo ciudadano con funciones de contraloría social también fue una propuesta específica de Aguirre Rivero. Pero un organismo de esta naturaleza, para que sea eficaz, necesita tener ciertas características.
La primera, es su autonomía, es decir, debe tener la capacidad para tomar sus propias decisiones; sin esta cualidad, el consejo ciudadano difícilmente podrá ejercer funciones de vigilancia en las adquisiciones o la obra pública gubernamentales, o sobre cualquier otra materia, pues la autonomía forma parte de la especificidad de un real control social.
Otra característica que debe tener este organismo es su facultad para incidir en las decisiones, es decir, debe contar con suficientes recursos de poder para que su actuación tenga consecuencias en el poder público; coloquialmente, dotar de “dientes” a esta figura; si no es así, terminará siendo un consejo decorativo, débil, con facultades sólo para presentar denuncias, y como sabemos, eso sirve de muy poco.
Finalmente, el consejo ciudadano debe conocer sobre los diferentes procesos de la administración pública, no sólo en la evaluación y vigilancia del quehacer gubernamental. Así, tendrá que dotársele de facultades para ser consultado, pero también para tomar decisiones en los procesos de planeación de las acciones y la orientación del presupuesto.
Pero más allá de estos mecanismos propuestos por el candidato electo, lo que se requiere en Guerrero es una reforma profunda al actual sistema de rendición de cuentas. Los actuales mecanismos de control y vigilancia intergubernamentales más bien funcionan como canales de información sobre el uso de los recursos (y sí, de vez en cuando hay uno que otro inhabilitado), pero no sirven para vigilar que realmente se cumplan los objetivos por los que se gastaron esos recursos. Un ayuntamiento puede cumplir formalmente con su cuenta pública, requisitando toda la comprobación correspondiente, pero eso no significa que con los recursos ejercidos se haya dado cumplimiento a los objetivos establecidos en cada programa sociales y se tuvieran impactos positivos entre la población.
Con esa orientación tendría que fincarse una reforma para una efectiva rendición de cuentas.
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