El Sur de Acapulco
La transparencia y la rendición de cuentas no fueron temas atendidos suficientemente por las y los candidatos durante la reciente campaña electoral, no obstante que la crisis social y política del estado tuvo su origen precisamente en actos de corrupción, impunidad y pésimos gobiernos.
El candidato a gobernador, Héctor Astudillo Flores, que espera la resolución de los órganos jurisdiccionales, se perfila como la persona que gobernará el estado. Es un hombre del sistema, acotado por los poderes fácticos, las disposiciones de la presidencia de la República y los numerosos compromisos adquiridos durante la campaña, que le dejarán poco margen de maniobra.
Visto así, no se espera que proponga una política destacada en materia de transparencia y redición de cuentas, y en el mejor de los casos, sólo continuará el actual sistema de simulación que practican casi todas las dependencias públicas del estado. Los únicos cambios que se observarán durante su sexenio, serán el resultado de las exigencias del nuevo sistema nacional de transparencia, pero localmente, la administración de Astudillo Flores difícilmente tomará la iniciativa.
El candidato a gobernador, Héctor Astudillo Flores, que espera la resolución de los órganos jurisdiccionales, se perfila como la persona que gobernará el estado. Es un hombre del sistema, acotado por los poderes fácticos, las disposiciones de la presidencia de la República y los numerosos compromisos adquiridos durante la campaña, que le dejarán poco margen de maniobra.
Visto así, no se espera que proponga una política destacada en materia de transparencia y redición de cuentas, y en el mejor de los casos, sólo continuará el actual sistema de simulación que practican casi todas las dependencias públicas del estado. Los únicos cambios que se observarán durante su sexenio, serán el resultado de las exigencias del nuevo sistema nacional de transparencia, pero localmente, la administración de Astudillo Flores difícilmente tomará la iniciativa.
Los primeros pasos
Hace unos días se reunieron el todavía candidato Héctor Astudillo Flores, y el mandatario en funciones, Rogelio Ortega Martínez, para hablar sobre el proceso de entrega recepción de la administración estatal. Curiosamente, a este proceso le llamaron “acuerdo para la transparencia de la transición 2015”.
Sin embargo, la percepción inicial es que el término se utiliza de manera indiscriminada, al pactar una práctica que ellos mismos no han cumplido, pues los antecedentes de Astudillo Flores en sus cargos anteriores no lo dejan bien parado en materia de transparencia, y a Ortega Martínez, ni hablar, ha sido más opaco que su antecesor quien fue acusado de corrupción, malos manejos y también por no brindar información.
La petición de establecer un acuerdo por la transparencia durante la transición lo compromete a exigirse a sí mismo un programa similar para su gobierno. Dijo Héctor Astudillo: “que los guerrerenses se enteren del estado que guarda la administración estatal, cuentas claras, acciones de bien común, pero sobre todo transparencia y legalidad en los últimos meses que quedan del actual gobierno”, en un acto donde se reunió con los candidatos electos a diputados federales, locales y de ayuntamientos.
Sin embargo, la percepción inicial es que el término se utiliza de manera indiscriminada, al pactar una práctica que ellos mismos no han cumplido, pues los antecedentes de Astudillo Flores en sus cargos anteriores no lo dejan bien parado en materia de transparencia, y a Ortega Martínez, ni hablar, ha sido más opaco que su antecesor quien fue acusado de corrupción, malos manejos y también por no brindar información.
La petición de establecer un acuerdo por la transparencia durante la transición lo compromete a exigirse a sí mismo un programa similar para su gobierno. Dijo Héctor Astudillo: “que los guerrerenses se enteren del estado que guarda la administración estatal, cuentas claras, acciones de bien común, pero sobre todo transparencia y legalidad en los últimos meses que quedan del actual gobierno”, en un acto donde se reunió con los candidatos electos a diputados federales, locales y de ayuntamientos.
Malos antecedentes
Ciudadanos por Municipios Transparentes (Cimtra) es un colectivo de organizaciones y ciudadanos que evalúa cada semestre la transparencia de los ayuntamientos de Guerrero. La última ocasión en que Astudillo Flores presidió la comuna de Chilpancingo, de 2008 a 2011, no le fue nada bien en las revisiones que se aplicaron.
La metodología de las evaluaciones Cimtra considera una serie de indicadores relacionados con la difusión de información sobre bienes y sus usos, obra pública, gasto, administración, urbanidad, consejos, participación ciudadana, cabildo y atención a la ciudadanía.
En la revisión aplicada en noviembre de 2009, obtuvo apenas 25 puntos de calificación (en una escala de 0 a cien); en agosto de 2010 subió a 30.8 puntos. En tanto que en marzo de 2011 ese porcentaje se desplomó a 10.8 puntos.
Para dimensionar la puntuación obtenida en Chilpancingo durante el gobierno de Astudillo, hay que comentar que municipios como Tlajomulco de Zúñiga y Zapopan, ambos de Jalisco, alcanzaron puntuaciones de 94.4 y 89.9 por ciento, respectivamente.
Cuando fue diputado local en la LIX Legislatura del Congreso del estado, si bien no le correspondía directamente decidir sobre los asuntos de transparencia en ese órgano legislativo, sí tenía la facultad y el compromiso moral de tomar una posición sobre la opacidad del Congreso.
Cimtra también cuenta con un instrumento para evaluar a los legislativos estatales. En el caso del Congreso del estado de Guerrero se aplicó en octubre de 2013 y su calificación fue muy pobre: 18.1 puntos de cien posibles. Otros congresos, como el de Puebla, tienen calificaciones relevantes de 73.6 por ciento.
La asociación civil Comunicación para el Desarrollo Comunitario realizó un monitoreo a las dependencias públicas del estado a través de la revisión a los portales electrónicos a efecto de registrar el nivel de cumplimiento de la información de oficio.
En 2013, el Congreso local obtuvo apenas nueve puntos porcentuales, apenas arriba de la mayoría de los ayuntamientos que regularmente obtienen entre cero y cinco puntos. En esa revisión, el Instituto Guerrerense de Infraestructura Física Educativa fue la dependencia que obtuvo mayor puntaje con 69 por ciento.
En el siguiente ejercicio, 2014, el Congreso subió su puntuación en su nivel de cumplimiento en las obligaciones de transparencia a 46 puntos, pero continuó entre las dependencias más opacas. En 2014, Acapulco fue el que encabezó ese monitoreo con 93 puntos.
Es decir, los espacios institucionales donde Astudillo Flores ha desempeñado un cargo, no se han caracterizado por su transparencia.
La metodología de las evaluaciones Cimtra considera una serie de indicadores relacionados con la difusión de información sobre bienes y sus usos, obra pública, gasto, administración, urbanidad, consejos, participación ciudadana, cabildo y atención a la ciudadanía.
En la revisión aplicada en noviembre de 2009, obtuvo apenas 25 puntos de calificación (en una escala de 0 a cien); en agosto de 2010 subió a 30.8 puntos. En tanto que en marzo de 2011 ese porcentaje se desplomó a 10.8 puntos.
Para dimensionar la puntuación obtenida en Chilpancingo durante el gobierno de Astudillo, hay que comentar que municipios como Tlajomulco de Zúñiga y Zapopan, ambos de Jalisco, alcanzaron puntuaciones de 94.4 y 89.9 por ciento, respectivamente.
Cuando fue diputado local en la LIX Legislatura del Congreso del estado, si bien no le correspondía directamente decidir sobre los asuntos de transparencia en ese órgano legislativo, sí tenía la facultad y el compromiso moral de tomar una posición sobre la opacidad del Congreso.
Cimtra también cuenta con un instrumento para evaluar a los legislativos estatales. En el caso del Congreso del estado de Guerrero se aplicó en octubre de 2013 y su calificación fue muy pobre: 18.1 puntos de cien posibles. Otros congresos, como el de Puebla, tienen calificaciones relevantes de 73.6 por ciento.
La asociación civil Comunicación para el Desarrollo Comunitario realizó un monitoreo a las dependencias públicas del estado a través de la revisión a los portales electrónicos a efecto de registrar el nivel de cumplimiento de la información de oficio.
En 2013, el Congreso local obtuvo apenas nueve puntos porcentuales, apenas arriba de la mayoría de los ayuntamientos que regularmente obtienen entre cero y cinco puntos. En esa revisión, el Instituto Guerrerense de Infraestructura Física Educativa fue la dependencia que obtuvo mayor puntaje con 69 por ciento.
En el siguiente ejercicio, 2014, el Congreso subió su puntuación en su nivel de cumplimiento en las obligaciones de transparencia a 46 puntos, pero continuó entre las dependencias más opacas. En 2014, Acapulco fue el que encabezó ese monitoreo con 93 puntos.
Es decir, los espacios institucionales donde Astudillo Flores ha desempeñado un cargo, no se han caracterizado por su transparencia.
Punto a favor
Astudillo Flores fue uno de los tres únicos candidatos a la gubernatura en Guerrero, de nueve que compitieron, en publicar sus declaraciones patrimonial, fiscal y de interés, como parte de una iniciativa ciudadana organizada por el Instituto Mexicano para la Competitividad y Transparencia Mexicana, denominada Candidato Transparente.
Aunque fue una práctica transparente, a partir de la información que publicó el candidato recibió una andanada de críticas sobre el monto de su salario, y especialmente el extraño hallazgo de que él no cuenta con ninguna propiedad, y su esposa sí tiene hasta 12 bienes inmuebles ubicados en Guerrero y el Distrito Federal.
En esa ocasión, Astudillo Flores reportó ingresos anuales por 885 mil pesos por su labor como diputado del Congreso del estado. Sin embargo, su cónyuge, según esos documentos, percibe 3 millones 521 mil 244 pesos al año.
Los únicos bienes que Astudillo admite tener son dos camionetas Jeep con un valor de 428 mil pesos cada una, adquiridas de contado en 2014, y dos cuentas de cheques de 9 mil 300 pesos en conjunto.
No está de más comentar que en eso consiste el escrutinio público al que aspiramos como sociedad democrática, y por eso se requiere de la transparencia de los datos y la información gubernamental a efecto de que puedan ser valorados, criticados por la ciudadanía.
Aunque fue una práctica transparente, a partir de la información que publicó el candidato recibió una andanada de críticas sobre el monto de su salario, y especialmente el extraño hallazgo de que él no cuenta con ninguna propiedad, y su esposa sí tiene hasta 12 bienes inmuebles ubicados en Guerrero y el Distrito Federal.
En esa ocasión, Astudillo Flores reportó ingresos anuales por 885 mil pesos por su labor como diputado del Congreso del estado. Sin embargo, su cónyuge, según esos documentos, percibe 3 millones 521 mil 244 pesos al año.
Los únicos bienes que Astudillo admite tener son dos camionetas Jeep con un valor de 428 mil pesos cada una, adquiridas de contado en 2014, y dos cuentas de cheques de 9 mil 300 pesos en conjunto.
No está de más comentar que en eso consiste el escrutinio público al que aspiramos como sociedad democrática, y por eso se requiere de la transparencia de los datos y la información gubernamental a efecto de que puedan ser valorados, criticados por la ciudadanía.
Las promesas de campaña
En varias ocasiones, el candidato Héctor Astudillo emitió declaraciones sobre el tema de la transparencia y la rendición de cuentas. No se observó en ninguna de ellas una sola propuesta que modifique de raíz el actual sistema de la rendición de cuentas en el estado, sino más bien emitió ideas sueltas y muchas promesas, que ni en conjunto configuran una política bien pensada y sólida sobre el tema.
Sus opiniones sobre el tema de transparencia estuvieron cargados más de buenos deseos que de ideas concretas; en ninguna propuesta fue específico para explicar de qué manera implementaría sus ideas, y esto, de acuerdo con lo que regularmente prometen los candidatos, se convierte en una simulación más que en una realidad.
En una entrevista concedida a Radio y Televisión de Guerrero, publicada en las redes sociales el 26 de marzo de 2015, el aspirante a gobernador comentó que enfrentaría la corrupción predicando con el ejemplo. “Si el jefe comienza a robar, los de abajo van a querer robar. Creo que de lo que se trata es que el futuro gobernador de Guerrero asuma una actitud de terminar con lo que se pueda de corrupción, y éste va a ser un punto para recuperar la confianza de la gente”.
También comentó que “Hay que buscar mecanismos de mayor transparencia, de cumplimiento sobre el manejo de los recursos públicos. Creo que son varias cosas que confluyen en un todo, y seguramente si se logran hacer, habrá más transparencia en todo.”
Días después, el 16 de abril, el candidato Héctor Astudillo firmó 50 compromisos con empresarios de la Confederación Patronal de la República Mexicana, entre los que destacan transparentar sus bienes y rendir cuentas periódicamente sobre su administración.
Además, dijo que si llegaba a ser gobernador del estado, haría transparentes trimestralmente las adquisiciones de la entidad, y consideraría como proveedoras a las empresas locales. También dijo que crearía una comisión para monitorear el desarrollo económico.
Sobre las adquisiciones, cabe recordar que Ángel Aguirre Rivero también prometió hacer transparentes esos procesos, incluso propuso la creación de un consejo ciudadano que se encargaría de vigilar tanto la obra pública como las adquisiciones del gobierno. Sobra decir, que esa promesa del ex gobernador, como la mayoría de las que hizo en su campaña, fueron una simulación. ¿Qué hará Héctor Astudillo para este compromiso sea cumplido?
El 24 de abril, ante empresarios del Consejo Coordinador Empresarial de Chilpancingo, el aspirante Héctor Astudillo se comprometió a presentar su declaración patrimonial, fiscal y de intereses “en el entendido de que el pueblo de Guerrero demanda que sus gobernantes sean transparentes”. Ofreció además que anexaría las cuentas públicas aprobadas por el Congreso de las dos ocasiones en que fue presidente municipal de Chilpancingo, según la prensa.
Como se sabe, el primer compromiso sí lo cumplió (la presentación de sus declaraciones), pero no se sabe nada de las cuentas públicas del ayuntamiento de Chilpancingo, documentos que todavía hoy serían útiles para el escrutinio ciudadano, si se difundieran.
En ese encuentro con empresarios también dijo que se apegaría a la Ley de Contabilidad Gubernamental para que los ciudadanos conozcan en qué gasta el gobierno del estado, y que su gobierno luchará contra la corrupción, el nepotismo y abonará a la transparencia.
El 7 de mayo de 2015, en el foro Ideas por Guerrero, y con el tema rendición de cuentas, transparencia y ética pública, el candidato se comprometió a impulsar un código de ética para los funcionarios y una comisión anticorrupción en el estado.
Del mismo acto, en las redes sociales se difundió el video de la intervención del candidato en torno al tema. De sí mismo dijo: “Héctor Astudillo ha sido funcionario público y las ocasiones en que hemos tenido responsabilidades públicas hemos demostrado nuestro ánimo de hacer bien las cosas en lo que respecta al manejo de los recursos públicos”.
Recordó que en dos ocasiones fue presidente municipal constitucional de Chilpancingo, y se ufanó de que en ambas “tuve la oportunidad de comprobar correctamente todo lo que manejé. En los últimos tiempos, fui nuevamente presidente de 2008 a 2010, y todas las cuentas públicas, de cuando fui presidente municipal, han sido aprobadas por el gobierno del estado, no tengo pendientes de cuando he sido responsable de la administración pública municipal, lo puedo decir en pocas palabras, no quedé a deber ni un ladrillo”.
Y aunque todos los presentes aplaudieron mucho esta última ocurrencia del candidato, lo cierto es que públicamente no son conocidas sus cuentas públicas.
Tal vez los planteamientos más específicos del candidato Astudillo Flores en materia de transparencia y rendición de cuentas los expresó durante el segundo debate en que participó junto con otros ocho candidatos y candidatas al gobierno del estado, el 20 de mayo.
Ahí se comprometió a crear el sistema estatal anticorrupción, “que contará con los controles necesarios para minimizar los actos de corrupción y castigar hasta sus últimas consecuencias a los corruptos”. Agregó el aspirante que la corrupción es el costo social más alto que pagan los ciudadanos, ya que se desvían presupuestos y quedan obras inconclusas y de mala calidad.
También propuso que todos los funcionarios, “absolutamente todos”, tendrán la obligación de hacer sus tres declaraciones, patrimonial, de impuestos y de conflicto de intereses.
Concluyó que su gobierno dará un impulso sin precedentes a la participación ciudadana y con ello los guerrerenses dejarán de ser espectadores para convertirse en protagonistas de cambio en el estado.
“Junto con la implementación de un programa de prevención de la violencia y el delito y para garantizar que nuestros esfuerzos por castigar la corrupción sean eficaces impulsaremos la creación de observatorios ciudadanos que supervisen la aplicación correcta de los recursos públicos”.
Aunque muy pobres las propuestas, ya las emitió y quedaron registradas como compromisos públicos. Ya se verá si las cumple o sólo le fueron útiles para llegar al Ejecutivo del estado.
Sus opiniones sobre el tema de transparencia estuvieron cargados más de buenos deseos que de ideas concretas; en ninguna propuesta fue específico para explicar de qué manera implementaría sus ideas, y esto, de acuerdo con lo que regularmente prometen los candidatos, se convierte en una simulación más que en una realidad.
En una entrevista concedida a Radio y Televisión de Guerrero, publicada en las redes sociales el 26 de marzo de 2015, el aspirante a gobernador comentó que enfrentaría la corrupción predicando con el ejemplo. “Si el jefe comienza a robar, los de abajo van a querer robar. Creo que de lo que se trata es que el futuro gobernador de Guerrero asuma una actitud de terminar con lo que se pueda de corrupción, y éste va a ser un punto para recuperar la confianza de la gente”.
También comentó que “Hay que buscar mecanismos de mayor transparencia, de cumplimiento sobre el manejo de los recursos públicos. Creo que son varias cosas que confluyen en un todo, y seguramente si se logran hacer, habrá más transparencia en todo.”
Días después, el 16 de abril, el candidato Héctor Astudillo firmó 50 compromisos con empresarios de la Confederación Patronal de la República Mexicana, entre los que destacan transparentar sus bienes y rendir cuentas periódicamente sobre su administración.
Además, dijo que si llegaba a ser gobernador del estado, haría transparentes trimestralmente las adquisiciones de la entidad, y consideraría como proveedoras a las empresas locales. También dijo que crearía una comisión para monitorear el desarrollo económico.
Sobre las adquisiciones, cabe recordar que Ángel Aguirre Rivero también prometió hacer transparentes esos procesos, incluso propuso la creación de un consejo ciudadano que se encargaría de vigilar tanto la obra pública como las adquisiciones del gobierno. Sobra decir, que esa promesa del ex gobernador, como la mayoría de las que hizo en su campaña, fueron una simulación. ¿Qué hará Héctor Astudillo para este compromiso sea cumplido?
El 24 de abril, ante empresarios del Consejo Coordinador Empresarial de Chilpancingo, el aspirante Héctor Astudillo se comprometió a presentar su declaración patrimonial, fiscal y de intereses “en el entendido de que el pueblo de Guerrero demanda que sus gobernantes sean transparentes”. Ofreció además que anexaría las cuentas públicas aprobadas por el Congreso de las dos ocasiones en que fue presidente municipal de Chilpancingo, según la prensa.
Como se sabe, el primer compromiso sí lo cumplió (la presentación de sus declaraciones), pero no se sabe nada de las cuentas públicas del ayuntamiento de Chilpancingo, documentos que todavía hoy serían útiles para el escrutinio ciudadano, si se difundieran.
En ese encuentro con empresarios también dijo que se apegaría a la Ley de Contabilidad Gubernamental para que los ciudadanos conozcan en qué gasta el gobierno del estado, y que su gobierno luchará contra la corrupción, el nepotismo y abonará a la transparencia.
El 7 de mayo de 2015, en el foro Ideas por Guerrero, y con el tema rendición de cuentas, transparencia y ética pública, el candidato se comprometió a impulsar un código de ética para los funcionarios y una comisión anticorrupción en el estado.
Del mismo acto, en las redes sociales se difundió el video de la intervención del candidato en torno al tema. De sí mismo dijo: “Héctor Astudillo ha sido funcionario público y las ocasiones en que hemos tenido responsabilidades públicas hemos demostrado nuestro ánimo de hacer bien las cosas en lo que respecta al manejo de los recursos públicos”.
Recordó que en dos ocasiones fue presidente municipal constitucional de Chilpancingo, y se ufanó de que en ambas “tuve la oportunidad de comprobar correctamente todo lo que manejé. En los últimos tiempos, fui nuevamente presidente de 2008 a 2010, y todas las cuentas públicas, de cuando fui presidente municipal, han sido aprobadas por el gobierno del estado, no tengo pendientes de cuando he sido responsable de la administración pública municipal, lo puedo decir en pocas palabras, no quedé a deber ni un ladrillo”.
Y aunque todos los presentes aplaudieron mucho esta última ocurrencia del candidato, lo cierto es que públicamente no son conocidas sus cuentas públicas.
Tal vez los planteamientos más específicos del candidato Astudillo Flores en materia de transparencia y rendición de cuentas los expresó durante el segundo debate en que participó junto con otros ocho candidatos y candidatas al gobierno del estado, el 20 de mayo.
Ahí se comprometió a crear el sistema estatal anticorrupción, “que contará con los controles necesarios para minimizar los actos de corrupción y castigar hasta sus últimas consecuencias a los corruptos”. Agregó el aspirante que la corrupción es el costo social más alto que pagan los ciudadanos, ya que se desvían presupuestos y quedan obras inconclusas y de mala calidad.
También propuso que todos los funcionarios, “absolutamente todos”, tendrán la obligación de hacer sus tres declaraciones, patrimonial, de impuestos y de conflicto de intereses.
Concluyó que su gobierno dará un impulso sin precedentes a la participación ciudadana y con ello los guerrerenses dejarán de ser espectadores para convertirse en protagonistas de cambio en el estado.
“Junto con la implementación de un programa de prevención de la violencia y el delito y para garantizar que nuestros esfuerzos por castigar la corrupción sean eficaces impulsaremos la creación de observatorios ciudadanos que supervisen la aplicación correcta de los recursos públicos”.
Aunque muy pobres las propuestas, ya las emitió y quedaron registradas como compromisos públicos. Ya se verá si las cumple o sólo le fueron útiles para llegar al Ejecutivo del estado.