viernes, 3 de febrero de 2012

Transparencia y los diálogos por la paz y la convivencia

Marcos Méndez Lara, el Sur de Acapulco

La Jornada Diálogos por la Paz y la Convivencia, realizada la semana anterior en Acapulco, fue un muy buen ejercicio de participación ciudadana, organizada por agrupaciones civiles, instituciones educativas y personas a título personal de Acapulco, con un formato que permitió expresar a toda persona que lo quiso, sus puntos de vista, comentarios, opiniones y propuestas.
Al foro no llegó el número de personas que se esperaba, y la asistencia fue más bien escasa. Sin embargo, aunque es deseable que un buen número de personas se involucre e interese en la gestión de sus problemas, la participación de las y los ciudadanos generalmente no se da a la primera ni masivamente, porque es un proceso, a veces muy largo, de sensibilización y convencimiento.
La poca asistencia del sábado anterior también se explica por la naturaleza de los problemas que se abordaron, relacionados con la violencia, la inseguridad, la impunidad, la violación a los derechos humanos, pues la gente prefiere no estar visible ni expresar sus denuncias de manera pública, por seguridad, por su incredulidad en los aparatos de procuración y administración de la justicia.
Para los medios de comunicación la jornada también pasó inadvertida, y es explicable porque para la lógica periodística, un proceso de articulación de ciudadanos no es “nota”, pero en el contexto de la participación ciudadana sí es algo trascendente como ejercicio en el que no hay personajes públicos visibles o funcionarios a quien tomarles declaración, sino la predominancia de ciudadanos y ciudadanas.
En dos mesas de trabajo, las 70 personas que participamos abordamos temas muy cercanos a la gente en estos tiempos, como el fortalecimiento de la seguridad ciudadana y la seguridad pública, educación y cultura para la paz, derechos humanos y atención a víctimas de la violencia, transparencia y rendición de cuentas.
Desde luego, hubo diversidad de expresiones, desde aquellos que hicieron una denuncia sobre lo que está sucediendo en su familia, barrio o colonia por la violencia y la inseguridad, hasta propuestas de solución muy generales sobre la situación en el estado y específicas sobre cómo atacar problemas muy puntuales.
En casi todas las participaciones, verbales y escritas, hubo un denominador común: la ausencia del Estado para garantizar los derechos sociales, económicos y ciudadanos de las y los guerrerenses; es decir, los tres órdenes de gobierno no han sido capaces de establecer las condiciones mínimas para que la gente viva en paz, con seguridad, con un trabajo digno, educación, salud.
Pero también las distintas expresiones en el foro tuvieron en común el llamado a las y los ciudadanos para presionar y exigir que esos gobiernos y sus instituciones cumplan con su responsabilidad de garantizar derechos, y esto puede lograrse mediante diferentes formas de participación ciudadana.
En la mesa de transparencia y rendición de cuentas se comentó que para incidir (modificar, mejorar) lo que hace el gobierno, es necesario, primero, tener información. El diagnóstico presentado en este tema es que las dependencias públicas del estado son opacas, obstaculizan el acceso a la información y no rinden cuentas.
Como formas específicas de participación ciudadana que pueden tener consecuencias en los programas y acciones de gobierno se propusieron observatorios ciudadanos, monitoreos y vigilancia a través de contralorías sociales.
Asimismo, mecanismos verticales de rendición de cuentas, en los que los gobiernos informen y justifiquen sus acciones ante las y los ciudadanos, para que éstos analicen y juzguen los actos gubernamentales. 
Fueron muchas las propuestas en este primer foro ciudadano, quizás todavía muy generales; será un gran reto traducirlas a propuestas más específicas y sobre todo, ponerlas en práctica. 

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