Está de moda entre
los políticos y funcionarios guerrerenses recibir premios y reconocimientos por
supuestos méritos, que no se perciben en el desempeño de sus encargos públicos.
Son aparentes éxitos que tienen la clara finalidad de apuntalar sus carreras
políticas no sólo mediante el abultamiento de sus currículos, sino engañando a
los ciudadanos por medio de la difusión de logros que realmente no han obtenido,
en los medios de comunicación y utilizando muy probablemente recursos públicos.
Para convocar y
entregar estos cuestionables premios, hay instituciones privadas que cuentan
con metodologías y criterios poco consistentes para seleccionar a los
ganadores, y las cuales no se dan a conocer públicamente, pero sí los fastuosos
eventos en que entregan los reconocimientos. Muchos políticos y funcionarios de Guerrero, entre presidentes municipales, síndicos, diputados locales y federales y hasta secretarios de despacho del Ejecutivo, cayeron en esta tentación, y hoy cargan con el desprestigio de tener en su haber un reconocimiento que todo apunta a que fue comprado y que evidentemente no corresponde a los resultados de un buen trabajo de gestión.
Los premios, un gran negocio
El Instituto
Mexicano de Evaluación (Imde) es una de las instituciones que organiza la
entrega de premios en diversas categorías. En su portal electrónico informa que
“es un organismo de la sociedad civil, que tiene como propósito contribuir al
fortalecimiento de los servidores públicos a través de la formación, evaluación
y reconocimiento de la Gestión Pública, de conformidad con estándares
internacionales para contar con mejores gobernantes”. De acuerdo con esta fuente, el organismo otorga los premios Tlatoani ( a “los mejores gobernadores, senadores, presidentes municipales, diputados, síndicos, regidores, secretarios y directores de gobierno por su contribución al desarrollo del país”), el premio Tonatzin (a los mejores presidentes y directores de los DIF estatales o municipales); el premio Yecatl (a los mejores presidentes y directores de organismos de agua potable); y dos premios internacionales para los mejores gobernantes latinoamericanos.
Sin embargo, son muchas las críticas que se hacen a estos premios, la principal de las cuales es que el reconocimiento tiene un costo monetario para quien lo recibe. Por ejemplo, la Parada Digital de Chihuahua escribió que el presidente del Imde, Galo Limón, “negó la información publicada en La Parada Digital en torno a que el “Premio Nacional Tlatoani” se lo auto-compran los alcaldes, sin embargo se negó a proporcionar la manera de evaluar a los ganadores”.
Agregó este medio que obtuvieron el testimonio de uno de los ganadores para corroborar la compra, pues los organizadores solicitan una llamada “cuota de recuperación” a los alcaldes de 17 mil 500 pesos, y los que aportan más de esta cantidad resultan ganadores.
El diario Chiapas Paralelo también cuestiona las distinciones que otorga el Imde, y explica cómo enganchan a los funcionarios.”Para que un funcionario sea “nominado” al premio no es necesario que se inscriba o que la ciudadanía lo proponga, el propio IMDE decide eso y notifica mediante un correo electrónico al funcionario que ha sido “nominado” la fecha de premiación. En un segundo correo electrónico se informa que se tiene que pagar la cena del evento en el que se entregarán las preseas, el precio es de 18 mil a 45 mil pesos. Casualmente sólo los que pagaron la cena resultan ganadores”.
Desde Tamaulipas, el diario Noticias de Tampico publicó que “presidentes municipales de las más disímbolas regiones de México (…), la mayoría de ellos controvertidos, y criticados por sus gobernados, se prestaron a la farsa, celebrada con toda pompa y glamour. Los vivales del IMDE, no repararon en detalles. Hasta la bandera de España, colocaron junto a la de México, simulando un evento internacional. Lo peor de todo es que, la Universidad de Salamanca, invocada como aval del premio, se deslindó de sus pillerías”.
Asimismo, Noticias GBM Radio de Chihuahua comentan que “Los llamados premios Tlatoani, son un elegante engaño acompañados del fraude para quien lo promueve y para quien lo recibe, porque este “galardón” no tiene mayor tramite, ya que por medio de un correo electrónico estos timadores agarran a políticos distraídos y primero les informan que en base a las investigaciones realizadas por la Comisión de análisis de Medios, Estudios y Académicos y con estricto rigor metodológico el estudio analizó su contribución al desarrollo político y es por eso que se le otorga el premio”.
Guerrero, abundante cantera de premiados
En Guerrero son muchos
políticos y funcionarios municipales y estatales que han participado en estos
certámenes.El Diario de Iguala informa que sólo en el caso de presidentes municipales, en 2014 fueron convocados por el Imde 40 alcaldes, pero “sólo acudieron doce incautos por su premio nacional 2014”.
De acuerdo con ese diario, el Imde envió a 40 presidentes municipales guerrerenses un comunicado para informales que “El IMDE, se honra en comunicarle, que en base a la investigación realizada (…) bajo los parámetros de estandarización internacional de los Indicadores de Desempeño Político; que integra el impacto social, calidad, administrativos, de imagen pública, de su presencia en medios de comunicación y de innovación en sus programas, obras y acciones sustentados en los criterios siguientes: 1. Impacto social alto en la comprobación práctica de la mejora; 2.Nivel de respuesta para la solución de problemática ciudadana; 3. Calidad de la aportación para la resolución de problemas sociales y 4. Percepción de la ciudadanía sobre su imagen pública, han resuelto declararle: “el mejor presidente municipal”.
El alcalde de Tixtla, Gustavo Alfredo Alcaraz Abarca, fue uno de los que recibieron el premio en su edición 2014. Así lo presume en su portal electrónico el ayuntamiento de ese municipio, en donde se describe la recepción pública del premio “por haber cumplido con una buena gestión pública”. De sí mismo, Alcaraz Abarca dijo que “este premio es un estímulo para continuar trabajando en beneficio de todos los sectores sociales de Tixtla y señaló que esta evaluación, es el resultado de un esfuerzo compartido con el cabildo y su gabinete de trabajo”.
Otro alcalde que también cayó en el garlito fue el de Ometepec, Antonio Atenógenes Vázquez Rodríguez, también premiado con Tlatoani en 2014. En su página web, el presidente municipal se regodea con el falso premio: “La nominación en sí, me compromete a redoblar esfuerzos y a mantener la convicción, de que en el ejercicio de gobernar es prioritario mejorar el nivel de vida de la gente, y para ello es necesaria la gestión y coordinación con los tres niveles de gobierno”.
El presidente municipal de Tlapa, Victoriano Wences Real, recibió asimismo este premio “por ser uno de los mejores alcaldes del país y llevar una excelente administración”, según se lee en la difusión que hace a través de youtube. “La población tlapaneca hoy ha reconocido el desempeño del presidente Wences Real, como un funcionario de cabal respeto y responsabilidad en el cargo, que se ha destacado por su honestidad y sobre todo capacidad en su desempeño, lo que le ha valido para que el Instituto Mexicano de Evaluación lo haya distinguido con este premio al que sólo tienen acceso a él "los grandes".
El diario Tiempo de Guerrero reseña que el presidente municipal de Eduardo Neri, Ignacio Basilio García, también fue galardonado con este premio.
Otro alcalde “distinguido” fue el de Chilapa, Francisco Javier García González, y según consta en el periódico El Regional, el reconocimiento se le entregó “por ser considerado como el mejor alcalde en el estado de Guerrero”. Al comentar el premio, el presidente municipal aseguró que “la gestión que ha llevado a cabo ha sido un parte aguas para que este municipio pueda aspirar a nuevas formas y estadías de vida”.
En manos del alcalde de Xochistlahuaca, Celerino Rojas Morales, también quedó el premio 2014, y desde su cuenta de Facebook publicó: “Le doy gracias a Dios, a mi familia, a todo el equipo de trabajo del Ayuntamiento y, por supuesto, a la gente que creyó y voto por nosotros para que seamos gobierno. Gracias a todos, juntos estamos haciendo historia en nuestro municipio”.
Otro de los presidentes municipales que adquirieron el Tlatoani fue Ociel García Trujillo, alcalde de Florencio Villarreal, quien también difundió el reconocimiento a través de un comunicado de prensa oficial del ayuntamiento.
El resto de los alcaldes guerrerenses que aceptaron la supuesta distinción en 2014 fueron los de Leonardo Bravo, Coyuca de Catalán, Ayutla de los Libres, Acatepec y Olinalá.
Los síndicos también recibieron sus premios. Según el periódico El Despertar del Sur, Fidencio Ixta Rojas, síndico procurador del municipio de Ajuchitlán del Progreso, recibió el premio y según el periódico, con esta acción “corona su corta y brillante carrera política con el galardón que lo distingue como el mejor síndico, el galardón “Tlatoani”, el cual recibió con otros 27 síndicos del país que fueron galardonados por este premio”.
Eva Salmerón, tesorera del ayuntamiento de Iguala, igualmente ganadora, dijo que “este premio es una motivación para nosotros para continuar ofreciendo lo mejor de sí mismos para beneficio de la ciudadanía. Como profesionista me siento honrada y me entusiasma para seguir trabajando con la misma dedicación y redoblar esfuerzos para que seamos mejores funcionarios públicos”.
Otros premiados
En el Ejecutivo del
estado también hubo inquietud de varios funcionarios de “pasar a la historia”
con la recepción de estos premios. Tal es el caso de los ex titulares de las
secretarías General de Gobierno, de Finanzas y Administración (premio 2013) y
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2012). Jesús Martínez Garnelo recibió el premio Tlatoani como mejor secretario de despacho, según un boletín de prensa del gobierno del estado, “por su distinción en este cargo ante la ciudadanía, lo cual fue calificado y constatado por la propia sociedad que emitió su opinión en una consulta de carácter nacional”.
El comunicado agrega que la entrega estuvo a cargo del presidente del IMDE, Galo Limón, quien “manifestó que el premio fue otorgado a Martínez Garnelo, por las tareas diarias, complejas y las necesidades a flor de piel que hay en dicha dependencia del gobierno del estado de Guerrero y que sobre todo se identifica como un gobierno de dialogo y de acuerdos”.
Otro de los colaboradores del ex gobernador Aguirre Rivero que recibió este premio es Jorge Silverio Salgado Parra, ex secretario de Finanzas y Administración. En la revista MGI se lee que “de acuerdo al sondeo de opinión y estudios realizados por el Imde, la secretaría de finanzas bajo la titularidad del CP Salgado Leyva ha brindado la atención que corresponde en materia de transparencia y rendición de cuentas conforme a la normatividad vigente y a los lineamientos establecidos por el Consejo Nacional de Armonización Contable”.
En la edición 2012 del premio, el ex secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Carlos Toledo Manzur, también como parte del gabinete de Aguirre Rivero, fue uno de los galardonados con el Tlatoani 2012.
Pero también los diputados quieren engordar su currículo con estos reconocimientos. En 2014, por ejemplo, el diputado federal Vicario Portillo Martínez fue merecedor del Tlatonani al mejor diputado, según la revista MGI “por su contribución a la labor legislativa y a la promoción de los derechos de los pueblos indígenas del país”.
Otro que recibió la estatuilla fue Omar Jalil Flores Majul como el mejor diputado en 2014. Al respecto, Luis Antonio Hernández Rosales presidente ejecutivo del IMDE declaró “que para ser servidor público se necesitan tres cosas, compromiso, conocimiento y ganas de hacer las cosas, hizo hincapié en que Omar Jalil las tiene y lo más importante es que los ciudadanos de su distrito lo han calificado, lo observan y lo ubicaron como uno de los mejores diputados de la República mexicana en este año 2014”.
El timo, en letras chiquitas
El Imde, en su convocatoria informa que los
resultados se dan a conocer por vía telefónica y electrónica a los ganadores. Y
destaca: “Resultar ganador del Premio Nacional, es un proceso libre de todo
gasto e inversión. En su caso, la aportación económica que se realiza, “obedece
única y exclusivamente” a los costos administrativos y de logística para su
recepción en la Ceremonia Nacional de Premiación”.